Vivimos en un país en el cual las autoridades políticas son un grupo de hipócritas mediáticos que buscan por todoslados como hacerle una zancadilla al sistema, y de paso aparentar una «transparencia», una «dedicación al cumplimiento de las normas» mediante lo cual creen legitimarse como servidores públicos intachables. Es en este punto en que debemos hacer la distinción entre lo lícito y lo legítimo, ya que muchas veces nos topamos con conflictos en estas órbitas, que no son solucionados de la mejor manera.
Cuando analizamos un imperativo ético, definimos las conductas como «legítimas», cuando obedecen a principios éticos primordiales, los que en algunos casos se encuentran recogidos por la legalidad vigente, pero que en otros casos simplemente quedan en el fuero interno de las personas como dictados de comportamiento básicos para la vida en sociedad.
Otro estadio de los imperativos, esta vez no éticos sino legales, es la «licitud». En virtud de esta calificación, nuestro análisis no se determina en las bases éticas de los comportamientos, sino simplemente en el dibujo artificial de una línea divisoria entre aquellos comportamientos «prohibidos» por la ley, y aquellos «permitidos».
Pues bien, cuando los comportamientos se encuentran claramente dentro de la órbita de lo «legítimo» y lo «lícito», nadie hace preguntas, nadie cuestiona nada. Lo interesante surge al conocer que la línea ética que configura la legitimidad no es universalmente compartida por las personas, y que la línea que divide la licitud de las conductas, tampoco. Como nos movemos entre una y otra, esa es la cuestión.
Boletas falsas en la Cámara de Diputados
Un caso. La «Honorable» Diputada Claudia Nogueira, está actualmente cuestionada por que, para sacar algunas luquitas desde una de las cuentas de gastos de sus asignaciones, no encontró nada mejor que presentar Boletas de Honorarios emitidas por terceros, que dan cuenta de servicios que NUNCA SE PRESTARON. Con esto, la Tesorería de la Cámara de Diputados podía hacer el giro respectivo, y a partir de ello, la señora Nogueira «echar mano» a estos dineros.
Si este caso lo analizamos con prescindencia del cargo de la señorita, está claro que se trata de la falsificación de un documento tributario, de la utilización de este documento falso con el fin de obtener recursos financieros del Estado de una forma, por lo menos, cuestionable. Si usted fuera el sujeto, créame que la Contraloría, el S.I.I. y la Fiscalía de su barrio le caerían encima, con las penas del infierno.
Sin embargo, ésta sería una práctica «legítima» de todos los parlamentarios. Aún no siendo «lícita», sería «legítima». Plop.
Si uno mira los artículos de prensa y declaraciones sobre este affaire, o lee la opinión oficial de la Cámara, encontraremos que los señores Diputados no sólo defienden la conducta de la señorita Nogueira, sino que cuestionan que otra autoridad del Estado pueda meterse en sus asuntos y fiscalizar estos temas. Señalan que entre los Diputados «nunca se ha considerado delito esta conducta», y que los fiscales «no tienen atribuciones para investigarlos». Doble plop.
¿En que está el tema hoy por hoy?…. bueno, la señora Nogueira no encontró nada mejor que mostrar la «legitimidad» de su actuar, pidiendo que se cite a declarar a todos los ejecutivos de cuenta de los Diputados, y que se analice la conducta de todos ellos…. ahí descubriremos que la práctica ilícita es común a todos los legisladores…. no les parece un contrasentido.
Ya han surgido voces que proponen una acuerdo nacional para echarle tierra al asunto, algo así como el acuerdo Lagos -Longueira para sepultar los sobresueldos……
Gastos de campaña…. que no son de «campaña»
Otro caso de distinciones arbitrarias entre los lícito y lo legítimo la encontramos en el tema de los gastos de campaña. Nuestros notables candidatos SABEN que los gastos de campaña sólo pueden realizarse en el período de que la ley señala. SABEN que los gastos antes de este período son ilícitos. Lo que en derecho podríamos llamar «conciencia de la ilicitud».
Sin embargo, como todos podemos ver y escuchar, todos los candidatos están infringiendo la ley para hacer campaña antes de tiempo. ¿Como lo justifican? jajajaja, esa es la parte más entretenida de la historia….
Algunos salen con el chiste del resquicio legal. La ley establece como propaganda electoral aquella dirigida a inducir a los electores a emitir su voto por alguno de los candidatos. Atendido esto, nuestros prohombres políticos han «interpretado» que la licitud de la conducta se distingue en poner o no poner, en la publicidad, la frase «VOTE POR….». Que ridiculez no?
Pero hay otros peores. Hay algunos de estos prohombres que ante la evidencia de la ilicitud, no se ponen en el lugar de justificar su conducta mediante resquicios…. saben perfectamente que no es defendible la conducta. Sin embargo, hacen alusión a la «legitimidad» de fondo de la conducta, aún cuando sea ilícita. Se indica que en un mes (plazo oficial de campaña) no es posible «dar a conocer» a los candidatos, por lo que «se ven obligados» a iniciar la campaña antes de tiempo…. ¿y la ley? ….. (suenan los grillos…..)
Ya me quisiera yo poder justificar mis conductas desde la legitimidad, saltándome la licitud…. y a usted?
Mariano Salas Gamboa